
Se trata de una figura de Don Bosco acompañado por un joven al que le indica la entrada al colegio y a la iglesia de María Auxiliadora. Sin duda, un gesto que recuerda a toda la ciudad que la Casa Salesiana, desde su fundación, ha tenido las puertas abiertas para tantos chicos y chicas que han encontrado allí un lugar de encuentro, de educación en valores y de promoción religiosa, cultural y personal.