sábado, 20 de enero de 2018

EMOTIVA CELEBRACIÓN EN RECUERDO A D. FERNANDO. PADRE, MAESTRO Y AMIGO

Familiares, comunidad salesiana, antiguos alumnos y amigos, participaron en la tarde de hoy en la celebración de la Eucaristía, en recuerdo a D. Fernando Domene. Se vivieron momentos muy emotivos ya que el maestro y amigo, durante su vida, contagió de alegría y amistad a quienes lo conocieron.

Grandes fueron las palabras del Salesiano, D. José Joaquín Coma, quien presidió la celebración; lo recordó por su entrega, cariño, simpatía y de haber sido un gran Padre, Maestro y Amigo como lo fue Don Bosco para sus jóvenes. Una homilía cargada de sentimiento.

Seguidamente, reproducimos las palabras que ofreció el antiguo alumno, Antonio López Rubio, en representación de sus alumnos y de sus queridos -Romanos Salesianos-.

A D. FERNANDO

Fernando.. seguimos.... viviendo y mirando hacia delante, con todas nuestras fuerzas, rezando y riendo, llorando y sintiendo... la vida debe seguir o como dice la canción el show debe continuar. 

Este año por Navidad hemos vuelto a realizar nuestro tradicional almuerzo Salesiano-Romano, ese que disfrutabas junto a nosotros haciendo balance. Aunque parezca mentira, estabas. El encuentro estaba previsto hace tiempo... valoramos suspenderlo, pero pensamos lo que tu hubieras querido que hiciésemos. Y surgió aquello de..... palante palomicas 

Y así lo hicimos, desde el respeto, viviendo una mañanica plena, con la lagrimica fácil y con comentarios importantes. Anécdotas contadas, vivencias soportadas pero siempre con tu recuerdo y alegría. Momentos de convivencia junto a los que había que recordar. A ti, pero también a tu buen amigo Gabriel. Os habéis ido, pero seguís en nuestros corazones. Con vosotros vivimos momentos importantes en nuestras vidas y por ello os agradecemos tanto por tanto, sintiendo,  pero avanzando, porque en la vida se trata de eso... avanzar y superar.

Y otra vez,  Fernando, me vuelve a tocar y no sabes la responsabilidad que siento, al dirigirme en estos momentos hacia todos, hacia ti, representando de alguna forma a esos alumnos y alumnas que pasaron por tus aulas.

Muchas fueron tus facetas. Desde nuestra promoción salesiana, una más y como tantas, queremos y deseamos buscar la palabra exacta que te defina y sinceramente, no la encontramos.

Empezastes siendo maestro y educador, años más tarde, amigo y consejero. Siempre estabas ahí, sin una mala cara, contagiando complicidad, regalando alegría para vivir, esa que hace falta para superar los problemas del día a día. Con la realidad de conocernos desde siempre, como si no hubiese pasado el tiempo, surgía esa sonrisa, esa broma, ese recuerdo olvidado, ese abrazo y ese beso.

Muchos alumnos y alumnas han pasado por tus aulas y les has dejado tu impronta, simplemente por tu manera de ser. Hoy volvemos a vivir otra tarde con tintes agridulces, donde conviven la tristeza porque te fuiste, pero alegría por tu recuerdo. 

Gracias maestro... nos quedamos con la vida que transmitías, con tu bondad, con la responsabilidad sincera enmascarada en tu cordialidad, pero que escondía desvelos y preocupaciones. Ahora estamos celebrando esta Santa Misa, en la que es, ha sido y siempre será tu casa. A los pies de María Auxiliadora, rendidos a sus plantas, junto a ella a quien acompañabas fielmente cada último  domingo de Mayo en su procesion.

Hoy estamos aquí para rogar por tu eterno reposo, para sentirte y recordar tu memoria. Juntos porque aquellos niños y niñas, a los que educaste, se han convertido en hombres y mujeres con esos valores que nos supisteis transmitir. No te preocupes, dentro de esta gran tristeza nos queda resquicio para la esperanza, al recordar tu personalidad arrolladora. Seguiremos hacia delante, y nos  seguiremos juntando, para como decías tú,... pa hacerlo to polvo.

La vida nos ha regalado la enorme suerte de coincidir en el camino y somos lo que somos,  gracias a personas como tú. Te vas como amigo, pero siempre seras nuestro maestro. Ese que nos inculcó enseñanzas que no aparecen en los libros. Las lágrimas nos quieren hacer infelices, pero el corazón nos dice que pongamos luz con una sonrisa. Tuviste una vida plena, fuiste buen maestro y buena persona.

El himno de María Auxiliadora nos dice...

En las horas de lucha, se mi consuelo y al dejar esta vida, llévame al cielo...

Gracias y hasta siempre Fernando...



































18-25 de enero, semana de oración por la Unidad de los Cristianos

Día 3: “Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo”

“Fue tu diestra quien lo hizo, Señor, resplandeciente de poder” (Ex 15, 16) es el lema para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2018 que se celebra del 18 al 25 de enero. Desde hace ya algunos años, el Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos encargan los materiales de oración para esta semana a Iglesias y Comunidades eclesiales confesionales diversas de alguna región geográfica. En esta ocasión, para la semana de oración de 2018, se lo han pedido a las Iglesias y comunidades de la región del Caribe.
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, recuerdan los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales en su mensaje, “es ocasión propicia para que conozcamos mejor el diálogo de la Iglesia católica con las Iglesias y Comunidades eclesiales sobre la doctrina de la fe, llevado adelante con gran esfuerzo y dedicación”.
“Fue tu diestra quien lo hizo, Señor, resplandeciente de poder” (Ex 15, 16)
18 al 25 de enero de 2018



Reflexión al Evangelio Dominical por D. José Abellán Martínez

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20):

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra del Señor