Familiares, comunidad salesiana, antiguos alumnos y amigos, participaron en la tarde de hoy en la celebración de la Eucaristía, en recuerdo a D. Fernando Domene. Se vivieron momentos muy emotivos ya que el maestro y amigo, durante su vida, contagió de alegría y amistad a quienes lo conocieron.
Grandes fueron las palabras del Salesiano, D. José Joaquín Coma, quien presidió la celebración; lo recordó por su entrega, cariño, simpatía y de haber sido un gran Padre, Maestro y Amigo como lo fue Don Bosco para sus jóvenes. Una homilía cargada de sentimiento.
Seguidamente, reproducimos las palabras que ofreció el antiguo alumno, Antonio López Rubio, en representación de sus alumnos y de sus queridos -Romanos Salesianos-.
A D. FERNANDO
Fernando..
seguimos.... viviendo y mirando hacia delante, con todas nuestras fuerzas,
rezando y riendo, llorando y sintiendo... la vida debe seguir o como dice la
canción el show debe continuar.
Este año por
Navidad hemos vuelto a realizar nuestro tradicional almuerzo Salesiano-Romano,
ese que disfrutabas junto a nosotros haciendo balance. Aunque parezca mentira,
estabas. El encuentro estaba previsto hace tiempo... valoramos suspenderlo,
pero pensamos lo que tu hubieras querido que hiciésemos. Y surgió aquello
de..... palante palomicas
Y así lo
hicimos, desde el respeto, viviendo una mañanica plena, con la lagrimica fácil
y con comentarios importantes. Anécdotas contadas, vivencias soportadas pero siempre
con tu recuerdo y alegría. Momentos de convivencia junto a los que había que
recordar. A ti, pero también a tu buen amigo Gabriel. Os habéis ido, pero
seguís en nuestros corazones. Con vosotros vivimos momentos importantes en
nuestras vidas y por ello os agradecemos tanto por tanto, sintiendo, pero
avanzando, porque en la vida se trata de eso... avanzar y superar.
Y otra
vez, Fernando, me vuelve a tocar y no sabes la responsabilidad que
siento, al dirigirme en estos momentos hacia todos, hacia ti, representando de
alguna forma a esos alumnos y alumnas que pasaron por tus aulas.
Muchas
fueron tus facetas. Desde nuestra promoción salesiana, una más y como tantas,
queremos y deseamos buscar la palabra exacta que te defina y sinceramente, no
la encontramos.
Empezastes
siendo maestro y educador, años más tarde, amigo y consejero. Siempre estabas
ahí, sin una mala cara, contagiando complicidad, regalando alegría para vivir,
esa que hace falta para superar los problemas del día a día. Con la realidad de
conocernos desde siempre, como si no hubiese pasado el tiempo, surgía esa
sonrisa, esa broma, ese recuerdo olvidado, ese abrazo y ese beso.
Muchos
alumnos y alumnas han pasado por tus aulas y les has dejado tu impronta,
simplemente por tu manera de ser. Hoy volvemos a vivir otra tarde con tintes
agridulces, donde conviven la tristeza porque te fuiste, pero alegría por tu
recuerdo.
Gracias
maestro... nos quedamos con la vida que transmitías, con tu bondad, con la
responsabilidad sincera enmascarada en tu cordialidad, pero que escondía
desvelos y preocupaciones. Ahora estamos celebrando esta Santa Misa, en la que
es, ha sido y siempre será tu casa. A los pies de María Auxiliadora, rendidos a
sus plantas, junto a ella a quien acompañabas fielmente cada último
domingo de Mayo en su procesion.
Hoy estamos
aquí para rogar por tu eterno reposo, para sentirte y recordar tu memoria.
Juntos porque aquellos niños y niñas, a los que educaste, se han convertido en
hombres y mujeres con esos valores que nos supisteis transmitir. No te
preocupes, dentro de esta gran tristeza nos queda resquicio para la esperanza,
al recordar tu personalidad arrolladora. Seguiremos hacia delante, y nos
seguiremos juntando, para como decías tú,... pa hacerlo to polvo.
La vida nos
ha regalado la enorme suerte de coincidir en el camino y somos lo que
somos, gracias a personas como tú. Te vas como amigo, pero siempre seras
nuestro maestro. Ese que nos inculcó enseñanzas que no aparecen en los libros.
Las lágrimas nos quieren hacer infelices, pero el corazón nos dice que pongamos
luz con una sonrisa. Tuviste una vida plena, fuiste buen maestro y buena
persona.
El himno de
María Auxiliadora nos dice...
En las horas
de lucha, se mi consuelo y al dejar esta vida, llévame al cielo...
Gracias y
hasta siempre Fernando...