domingo, 23 de abril de 2017

SE RENUEVA EL VOTO A NUESTRA PATRONA

Como es ta ya una tradición el segundo domingo de Pascua, la ciudad de Villena celebra el Voto que hicieron nuestros antepasados el 25 de marzo de 1624 a Nuestra Patrona de defender el Misterios de la Purísima Concepción.

Dice la placa de entrada al Santuario: "Nadie cruce este portal, sin jurar por su vida que María fue concebida sin pecado original".

El día contó con la celebración de la eucaristía y un aperitivo para los asistentes. Además se ratificó uno de los puntos de la pasada Asamblea acerca  de socio de honor, en este caso ha recaído en Doña Lola Gandia Calabuig, una persona que ha trabajado como camarista de la Sagrada Imagen en infinidad de directivas. Sin duda una ratificación muy merecida ¡Muchas Felicidades!.















Fotografías Antonio López Rubio- Junta de La Virgen


Sant Vicent amb la processó dels Combregars i els trets d'arcabusseria

Dilluns 24 d'abril tindrà lloc el dia de Sant Vicent amb la processó dels Combregars i els trets d'arcabusseria que recorreran els principals carrers del poble i la Replega de Sant Vicent.

SAN VICENTE FERRER

Vicente Ferrer nace en Valencia el 23 de enero de 1350. Fueron sus padres Guillermo Ferrer, notario público, y Constancia Miguel, personas virtuosas y distinguidas en la caridad con los pobres. Tuvieron tres hijas y tres hijos.
En 1370, a sus veinte años, Vicente se incorpora por la profesión a la Orden de Santo Domingo. Es un joven de inteligencia prodigiosa, viva imaginación e ingenio penetrante. A los veintiocho años recibe, con calificación "Summa cum Laude", el doctorado en Teología y se dedica a la enseñanza de la ciencia sagrada durante ocho años en las universidades de Valencia, Barcelona y Lérida.
Le inquieta la situación de su cultura, bloqueada por tendencias irreconciliables. Medita el Evangelio de Jesucristo. Y así como se esforzaron por vivirlo Domingo de Guzmán y Francisco de Asís, él se siente llamado por Cristo a evangelizar Europa. A partir de ese momento recorre comarcas de España, Alemania, Francia, Bélgica, holanda, Italia e Inglaterra, predicando en plazas, caminos y campos. Su tema es la conversión personal y colectiva; invita a salir de costumbres de muerte para lanzarse a los riesgos de una vida nueva; llama a reflexionar sobre el futuro, comenzando su construcción en el presente. La imagen más utilizada en su predicación es la del juicio final que anuncia inminente y del cual él se presenta como el ángel del Apocalipsis. Respalda este anuncio con una vida austera y penitente, hace de la pobreza su actitud más característica. La participación en la Eucaristía y la búsqueda en la oración son el centro de su vida que armoniza con un carácter franco y jovial. Confirma su predicación con una acción directa con los pobres y necesitados. Su palabra es fuego que conmueve el corazón de las multitudes, que, haciendo pública penitencia, abandonan sus situaciones de pecado. Vicente Ferrer además será árbitro de una Europa dividida política y religiosamente.
Vicente Ferrer reconoce primero al Papa de Avignón, de quien es confesor y ante quien rechaza el nombramiento de obispo. Posteriormente, viendo el escaso interés de dicho Papa para solucionar el Cisma de Occidente, le abandona y recorre regiones aconsejando a príncipes y logrando retiren su obediencia a los Papas avignonenses, por el bien de la Iglesia. En este propósito coincide al final con Catalina de Siena.
Entrega su espíritu a Jesucristo en la ciudad de Vannes (Francia) el 5 de abril de 1419 a la edad de 69 años. San Vicente Ferrer fue canonizado por Calixto III el 29 de Junio de 1455. Su cuerpo se conserva en Vannes.

Semblanza espiritual

San Vicente Ferrer entra en la Orden de Santo Domingo donde vive con gran disciplina la vida regular, dejando de ello claro testimonio en un tratado "Sobre la vida espiritual", donde conjuga la teología del apostolado y el deseo ardiente de perfección. Su pureza virginal, su carácter franco y jovial, y su amor por la austeridad lo habían preparado para la gran misión apostólica, que entre los años 1380 – 1390 lo vio ocupado en numerosas misiones encomendadas por el cardenal legado de Pedro de Luna y por el rey Juan I de Aragón. El año 1399 se dedicó del todo al ministerio de la predicación itinerante como "legado de parte de Cristo" ya que, como el mismo testifica en carta al antipapa Benedicto XIII, había recibido del mismo Cristo este encargo.
Combatió con enorme esfuerzo la división de la Iglesia en el Cisma de Occidente, dejando finalmente al antipapa. Fue el más ejemplar y eficaz predicador de su tiempo. Firmaba su predicación con milagros, dejando en todas partes una profunda impresión, renovando espiritualmente regiones enteras y llevando por doquier la paz y la unidad.




Lunes de la 2ª Semana de Pascua. Reflexión de D. Efrém Mira Pina

Juan (3,1-8):
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío.
Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»
Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»
Nicodemo le pregunta: «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?»
Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
Reflexión:
Nicodemo, que es Judío, fariseo y miembro del Sanedrín, encontró luz en los signos que realizaba Jesús “nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.” Jesús no responde a sus alabanzas, sino que quiere llevarlo inmediatamente al campo de la fe, no quiere una adhesión apoyada en los signos, sino una aceptación de su Persona y su Palabra.
La Ley que cumple el fariseo, es incapaz de salvarnos. El único modo de entrar en el Reino es nacer de nuevo, aceptar la novedad del Evangelio. Nicodemo necesita comprender como se puede nacer de nuevo. Jesús le dice que ese nacimiento será del Agua y del Espíritu. San Juan nos dirá en la crucifixión que del costado de Cristo “broto agua”, y entonces “entregó el Espíritu” del Agua y del Espíritu brota la nueva vida.
Ojalá nuestra imitación de Cristo, nuestros signos, atraigan a muchos hacia el encuentro con la Persona de Jesús para que por el Agua y el Espíritu encuentren la Vida.
Efrém Mira Pina
Viceconsiliario MCC España


Domingo de la Divina Misericordia. Por D. Efrém Mira Pina

Juan 20,19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Reflexión:
El Evangelio nos presenta, una doble aparición del Resucitado a la comunidad reunida el domingo. Doble aparición en la que, por una parte, Cristo comunica su Espíritu y su misión a los Once y, por otra, convence al incrédulo Tomás de su verdadero triunfo sobre la muerte. A este domingo san Juan Pablo II llamó el domingo de la Misericordia, porque del corazón de Jesús lleno de ternura brotaron estos dones como rayos y reflejos de su Resurrección: la paz, los sacramentos y la última bienaventuranza donde Cristo nos confirma la fe en quienes creemos en Él  y en quienes sufren las dudas del apóstol Tomás. El evangelio de hoy nos relata la aparición de Jesús Misericordioso a sus discípulos, el día mismo de su resurrección, para confirmar nuestra fe y la fe de todos los “Tomases” del mundo que están llenos de dudas y con ansias de certezas.
Lo primero que, Cristo Resucitado nos da es su Paz. La Paz que los apóstoles la habían perdido, después de la muerte de Jesús. Tienen la paz, la fe y la esperanza quebradas. Que recuperan llenando sus corazones de serenidad y de alegría por su resurrección.
Cristo ya nos había regalado la Eucaristía. Ahora, de su corazón misericordioso saca este otro tesoro: el sacramento de la Reconciliación. Enviando a sus apóstoles con la misión de prolongar la suya: perdonar los pecados. La paz con Dios y con nuestros hermanos, se pierde por culpa del pecado. Con el sacramento de la Reconciliación recuperamos esa paz que rompemos con el pecado.
A la luz de la Resurrección cobran luminosidad todos los misterios que Dios nos ha revelado y confiado. Las dudas existenciales de Tomás tocaron el corazón de Jesús, hasta el punto que en su misericordia nos regaló la última bienaventuranza que nos atañe a todos los que no tuvimos la dicha de conocer al Cristo histórico de Palestina: “Bienaventurados los que creen sin haber visto”.
Por ello con los dones que Cristo nos regala en la pascua es posible realizar nuestra misión. Feliz Pascua.
Efrém Mira Pina
Viceconsiliario Cursillos de Cristiandad España