miércoles, 19 de abril de 2017

AGRADECIMIENTOS DE LA JUNTA MAYOR DE COFRADÍAS Y HERMANDADES.


Ya pasados unos días de la Semana de Pasión y muerte de Jesús, de nuestra Semana Santa Villenense. Desde esta pagina queremos agradecer a todas y cada una de las Hermandades y Cofradías que hacen una labor increíble por salir a las calles de Villena y engrandecer nuestra Semana Santa. Gracias a cada una de las Bandas y Agrupación por deleitarnos con las marchas procesionales y gracias en especial a la Junta Mayor por trabajar tanto, organizar y llevar adelante todos los actos de estos días. 

Días de sentimiento, reflexión, penitencia, rezos, etc. Días que quedan grabados en la mente de los cofrades que así lo sentimos.

Porque solo entiende mi locura quien comparte mi pasión. Ahora toca esperar hasta el 25 de Marzo de 2018.



Refexión de D. Efrém Mira Pina. Jueves de la Octava de Pascua

Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: – «Paz a vosotros.» Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: – «¿Por qué os alarmáis;” ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.» Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: – «¿Tenéis ahí algo de comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: – «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.» Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: – «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»

Reflexión
Hoy vemos como los discípulos no fueron unos crédulos, ni se mostraron fáciles para aceptar el hecho de la resurrección, les vemos llenos de miedo, creyendo ver un fantasma, necesitados de pruebas materiales. La presencia de Jesús no les quita las dudas, ni les da seguridad. No se fían de ellos mismos, ni de lo que están viendo. Al resucitado no se le puede ver con los ojos de la cara. Es Él quien “se deja ver” Por eso Jesús les ofrece unos signos de su presencia y de su identidad en el pasado, que son validos hoy para nosotros.
         1º Una comida fraternal. Para Jesús,  la comida es signo fraternidad, expresión de amistad y ocasión para comunicar su mensaje. Qué bueno es compartir la comida con Jesús. En esta ocasión pide de comer para así fortalecer su fe, quitar sus miedos y traspasarles su paz.
         2ºApertura a la Palabra de Dios. Es otra de las constantes que encontramos en las apariciones del resucitado, abrirles el entendimiento para que comprendan las escrituras, lo ocurrido estaba previsto y anunciado. Jesús se nos presenta como el centro de toda la escritura. Hasta su llegada todo fue preparación para su venida. Tras Él es consecuencia de su muerte y resurrección, de su vida y de su mensaje. El cumplimiento del designio del Padre es la clave del misterio “tenía que cumplirse”.
         3º El perdón universal. La resurrección de Jesús universaliza el perdón estrecho y localista de los discípulos. La Eucaristía simbolizada por la comida, la Palabra y el perdón, ya no van a ser patrimonio de unos pocos. Jesucristo quiere que se predique a todos los pueblos.
         Estamos alegres porque el anuncio, la alegría y la salvación nos ha llegado a  nosotros, ahora nos toca a nosotros llevárselo a otros. No perdamos el tiempo. Feliz Pascua.
Efrém Mira Pina.
Viceconsiliario MCC España


Reflexión de d. Efrém Mira Pina. Miércoles de la Octava de Pascua

Lucas 24,13-35
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» Él les preguntó: «¿Qué?» Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.» Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va 
Reflexión
         “Jesús en persona, se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero ellos no era capaces de reconocerlo” enfrascados en su dolor y decepción. ¿Donde está la salvación prometida?    Ante esta decepción y enfado, Jesús los escucha sin juzgar, sin opinar; sólo escucha. Y aunque explica las escrituras tantas veces escuchadas por ellos, respeta su proceso, no tiene prisa, han de ser ellos los que sepan descubrir e interpretar estas escrituras a la luz de lo ocurrido. Pero les cuesta. como al hombre de hoy.
         Cae la tarde. Jesús es un buen compañero de viaje y le invitan a quedarse. No lo han conocido pero se sienten tranquilos y seguros a su lado, Jesús se ha hecho su amigo. Y Jesús se queda. Y se sientan a comer. Le ofrecen lo que tienen. Comparten. Y al partir el pan “se les abrieron los ojos y lo reconocieron”. Y entendieron su gozo, su estar a gusto con él, en amistad, su tranquilidad, su serenidad en el camino. Vivieron. Experimentaron la resurrección. Y encontraron sentido a lo vivido. Encontraron sentido a su dolor. Y volvieron a Jerusalén, porque la experiencia Pascual hay que compartirla, transmitirla y gozarla. En nuestra vida todo hubiera sido distinto si Jesús no se hubiera hecho el encontradizo con nosotros, y si en el encuentro nuestro corazón no hubiera estado convenientemente preparado
         ¿Somos capaces de descubrir y gozar la experiencia pascual en nuestra vida de cada día? ¿La transmitimos? ¿Los que están a nuestro alrededor lo notan? Feliz Pascua de Resurrección.
Efrém Mira Pina
Viceconsiliario MCC España