La idea de impulsar esta
Jornada nació el 13 de noviembre del año pasado, fecha en la que se cerraban en
todo el mundo las Puertas de la Misericordia. Ese día, en la Basílica de San
Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a todas las personas
marginadas. De manera espontánea, al finalizar la homilía, Francisco manifestó su
deseo de que “quisiera que hoy fuera la «Jornada de los pobres»”.
“Precisamente hoy –decía el Papa—,
cuando hablamos de exclusión, vienen
rápido a la mente personas concretas; no cosas inútiles, sino personas
valiosas. La persona humana, colocada por Dios en la cumbre de la creación, es
a menudo descartada, porque se prefieren las cosas que pasan. Y esto es
inaceptable, porque el hombre es el bien más valioso a los ojos de Dios. Y es
grave que nos acostumbremos a este tipo de descarte; es para preocuparse,
cuando se adormece la conciencia y no se presta atención al hermano que sufre
junto a nosotros o a los graves problemas del mundo… Hoy, en las catedrales y
santuarios de todo el mundo, se cierran las Puertas de la Misericordia. Pidamos
la gracia de no apartar los ojos de Dios que nos mira y del prójimo que nos
cuestiona… especialmente al hermano olvidado y excluido, al Lázaro que yace
delante de nuestra puerta. Hacia allí se dirige la lente de la Iglesia.… A la
luz de estas reflexiones, quisiera que hoy fuera la «Jornada de los pobres»”
(Papa Francisco, 13 de noviembre de 2016).
La celebración de esta
Jornada –que el Papa Francisco ha establecido que se celebre todos los años y
en toda la Iglesia el último domingo del tiempo ordinario, el domingo XXXIII,
previo a la fiesta de Cristo Rey— es una ocasión especial para poner de
manifiesto, como un verdadero signo de evangelización y compromiso, la
participación y la aportación de los más pobres en la vida de las comunidades.
El lema que nos propone
Francisco para esta Jornada es elocuente: «No
amemos de palabra sino con obras». Con esta exhortación, el Papa propone dos
objetivos para esta convocatoria:
-
Estimular
a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del
derroche, haciendo suya la cultura del encuentro; e invitar a todos,
independientemente de su credo, para que se dispongan a compartir con los
pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo de fraternidad.
-
Promover
una caridad que nos lleve a seguir a Cristo pobre y a un verdadero encuentro
con el pobre. Como recuerda Francisco, los pobres no son solo destinatarios de
obras de buena voluntad, sino también sensibilizadores de nuestra conciencia y
de la injusticia social.
En su mensaje para esta
Jornada, el Papa propone, además, propuestas concretas de acción, como son identificar
de forma clara los nuevos rostros de la pobreza y descubrir sus “caras marcadas por el dolor, la marginación,
la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la
privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el
analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de
personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada”.
Materiales
de difusión
La Conferencia Episcopal
y Cáritas han preparado diversos materiales para impulsar la celebración en
todas las parroquias y comunidades de España de esta I Jornada Mundial de los
Pobres. Estos materiales están disponibles en las páginas web de la CEE y de Cáritas.
Puedes comentar y compartir la publicación en https://www.facebook.com/arciprestazgo.villena.5 REDACCIÓN. ARCIPRESTAZGO VILLENA.