lunes, 29 de mayo de 2017

Lunes de la VII semana de Pascua. Reflexión por D. Efrém Mira Pina

Juan 16,29-33
En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: - «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.» Les contestó Jesús: - ¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.»
 
Reflexión:
         Lo de los apóstoles con Jesús no fue cosa de dos días, ( la verdad es que se parecen mucho a nosotros) lo suyo, también fue un proceso largo, lento. Aunque le siguieron desde la primera llamada, necesitaron mucho tiempo para dejar que Jesús reinase en su corazón, para seguirle de verdad, convirtiéndose en sus verdaderos discípulos.
         Los discípulos están emocionados porque Jesús les ha hablado del Padre y dicen que ahora ven las cosas claras y creen con más intensidad en Jesús. Pero Jesús, con una paciencia infinita, les recuerda que todavía no tienen las cosas tan claras como ellos creen, todavía no están lo suficientemente preparados como para seguirle hasta el final, para seguirle hasta el pie de la cruz. Cuando llegue ese momento le van a dejar solo. Pero les libera enseñándoles que en esa situación y en todas, su apoyo, su roca firme, va a ser el Padre que siempre va con Él.         
         Jesús les pronostica a los apóstoles que también ellos van a tener dificultades, cruces, abandonos… la única manera de vencer esas dificultades es la de apoyarse en el Padre, en el Espíritu y en el mismo Jesús, nuestro Dios Trinidad que nunca nos abandona, que siempre está con nosotros, con sus hijos, hasta el fin del mundo. “En el mundo tendréis luchas, pero tened valor: Yo he vencido al mundo”. Lo que les dijo a los apóstoles, nos lo dice a nosotros, sus seguidores del siglo XXI. ¡Ojalá le hagamos caso! Pues Jesús nos promete que aunque tengamos dificultades para la misión, Él estará con nosotros, que la victoria es nuestra porque “Él ha vencido al mundo” Todos sus discípulos los que nos llamamos cristianos y en ocasiones no nos es fácil profesar la fe, y menos aún vivirla en este mundo que nos ha tocado vivir. Nos afirmemos con la confianza de quién ha vencido ya por nosotros. Buenos días.