domingo, 28 de mayo de 2017

CARTA ABIERTA POR D. EFRÉM MIRA PINA

Cuando voy a Benidorm,  y miro los grandes edificios que allí hay como el Bali, me parecen grandiosos. Pero si subo al Puig Campana, y me gusta subir a esa montaña, porque esta cerca de la playa y desde allí se contempla toda la costa de la provincia de Alicante, y miras desde allí hacia bajo a los pies de la montaña esta Benidorm, y desde allí arriba, tienes otra perspectiva, los edificios ya no parecen tan altos todo queda pequeño, casi insignificante.

         Los cristianos celebramos hoy la fiesta de la Ascensión. Uno de los sentidos de la celebración de esta fiesta es que Jesús nos propone dirigir nuestra mirada a lo alto; a ese lugar desde donde podemos ver las cosas con otra perspectiva. Jesús marcha al cielo, es decir a Dios. Y nos ofrece la posibilidad de ver las cosas desde la perspectiva de Dios.

         
Desde esa perspectiva puede ser que percibamos que esas aspiraciones que tenemos y en las que invertimos tanto tiempo y energía no merecen la pena. Puede ser que caigamos en la cuenta que a veces descuidamos lo que realmente importa en la vida: nuestra relacione con Dios y con los demás. Puede ser que nos haga recapacitar en que estamos descuidando nuestra responsabilidad social, las atenciones que debemos a nuestra familia… etc.

         El cielo del que Jesús habla, no es para quedarnos mirándolo, que hacéis ahí parados mirando al cielo. Para el cristiano mirar al cielo no significa desentendernos de la tierra y de sus problemas. Al contrario significa contemplarlos desde otra perspectiva y desde otra mirada. Por eso Jesús pide a sus discípulos en la Ascensión que no se queden mirando al cielo sino que se comprometan con los problemas de la historia.

         Todos podemos utilizar la oportunidad de ver nuestra vida cotidiana con otros ojos, de tomar distancia de nuestros problemas. Utilicemos la oportunidad. Dejémonos llevar por Cristo hacia esa dimensión desde donde podemos ver todo con más claridad. y preparémonos para recibir una nueva efusión del Espíritu que nos capacite para la misión siempre nueva. 
Buenos días

Efrém Mira Pina.
Párroco de Santa María.