Juan 10,31-42
Fotografía concurso pasado año. |
Reflexión:
Nuestro Viernes Santo lo celebraremos dentro de una semana. Pero, Jesús comenzó a vivirlo bastante antes. El evangelio de hoy lo muestra y, a pesar de todo, Jesús, aparentemente ajeno a su situación, paseaba por los atrios del Templo. es impresionante la paz y serenidad de Jesús incluso cuando ”los judíos agarraron piedras para apedrearlo”. Su secreto estaba precisamente en lo que le acusaban sus enemigos: en la relación con su Padre. En que “el Padre está en mí y yo en el Padre”. “Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?” Nada ni nadie le quitarán la paz a Jesús, porque sabe que su Padre aprueba y bendice lo que, en su nombre hace.
Jesús nos mostró el rostro de su Padre. Y lo que nos dijo sigue siendo el mejor decir. Pero, además de decir, Jesús hizo. “Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras”.
Y, a pesar de las piedras de entonces y de nuestras piedras de hoy, “muchos creyeron en él”. Y muchos seguimos apostando por él, como aquéllos. Pero lo verdaderamente importante, lo decisivo no es eso; es que él sigue apostando por nosotros. y lo celebraremos durante esta semana. Buenos días.
Efrém Mira Pina
Viceconsiliario Nacional MCC España