viernes, 7 de abril de 2017

Reflexión D. Efrém Mira Pina. Sábado de la V Semana de Cuaresma

Juan 11,45-57

En aquél tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: – «¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación.» Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: – «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera.» Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: – «¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.
Reflexión:
Este evangelio nos relata los últimos días de Jesús antes de su pasión y muerte. No podemos olvidarnos de este dato histórico. No fue Dios, su Padre, el que exigió la muerte de Jesús, el que le empujó a una muerte injusta. Tampoco fue Jesús el que se presentó voluntario a que le clavasen en la cruz… “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Es el sanedrín, quien decide matar a Jesús, a quien si le dejan seguir “todos creerán en él y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación… y aquel día decidieron darle muerte”. Pero Jesús, que no busca la muerte, la acepta libremente. Podía haberla evitado callándose, dejando de proclamar el evangelio del amor. Pero por amor a su Padre, que le había encomendado esta misión, y por amor a nosotros, nos quiso seguir predicando desde lo alto de la cruz el amor, que el amor es más fuerte que la muerte y que es la mejor manera de vivir la vida humana… no se volvió atrás. Y desde lo alto de la cruz, sigue confiando en su Padre que no deja que su vida de amor acabe en fracaso y al tercer día le resucitó. Y el amor venció a la muerte para siempre.
¿Hasta donde estoy yo dispuesto a amar y mostrar mi amor, en aquello que Dios me pide? ¿Hasta donde estoy dispuesto a sacrificarme por mostrar a Cristo salvación para todos los pueblos colaborando con Él en el cumplimiento de la voluntad del Padre que es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad?. Buenos días.
Efrém Mira Pina
Viceconsiliario Nacional MCC España
http://www.cursillosdecristiandad.es/index.php/events/sabado-de-la-v-semana-de-cuaresma-2/