grandes de la Diócesis de Orihuela-Alicante en número de habitantes (alrededor
de 17.000). Por ella han pasado, aparte de don Jaime, cinco curas: don Domingo,
don Antonio, don Luís, don Agustín y don Vicente, don José Luís,don Ruperto; y el actual don José Jairo. Todos ellos han colaborado en el crecimiento de la parroquia y en
su mejora, tanto en proyectos humanos como materiales. Es una parroquia con
gran actividad, destacando los grupos de Cáritas, catequesis (pre-bautismal,
prematrimonial, de primera comunión, de postcomunión, de confirmación),
matrimonios, comunidades neocatecumenales, franciscanas de María, coro…
Entre los problemas a los que se ha de enfrentar la parroquia se halla el de
afrontar el gran crecimiento poblacional del barrio. Éste, añadido a la gran
superficie territorial que corresponde a La Paz, provoca que todo esté muy
disperso y sea difícil llegar a todos los aspectos de la vida del barrio.
Por otro lado, en contraposición a la gran religiosidad popular en torno a la
patrona de la ciudad –Ntra. Sra. de las Virtudes–, la participación de la mayoría
de la feligresía en la vida parroquial queda limitada a la participación eventual en
algunos sacramentos, como los bautizos, las primeras comuniones y los funerales.
Así, se hace patente la secularización que ha sufrido el Barrio de la Paz en los
últimos años.
En lo referente a los retos de futuro, el más importante para la Parroquia de la
Paz es la continuidad de la transmisión de la fe a los niños que reciben la primera
comunión cada año, puesto que el número es muy elevado (alrededor de los cien
niños). La parroquia dispone de los medios necesarios: locales, material, buen
acondicionamiento…; así como monitores bien preparados. Sin embargo, la
respuesta a las catequesis de poscomunión y de confirmación es muy escasa.
Un reto planteado recientemente y acogido con mucho entusiasmo es el de la
celebración del cincuenta aniversario de la creación de la parroquia, que tendrá
lugar en octubre de 2013. Con este motivo, ya se están creando grupos para
organizar los distintos eventos conmemorativos. También es este el motivo que
impulsó la realización del presente trabajo, como apuntábamos en la introducción
al mismo.
En cuanto a la economía parroquial, los gastos y entradas están muy
equiparados, rondando los cincuenta mil euros anuales. Casi la mitad de la
economía parroquial se dedica a pagar el préstamo del arreglo de los locales
(alrededor de 1.600 € todos los meses); asimismo se está pagando una deuda de
18.000 € de gas (261 € mensualmente durante cinco años). El resto se destina a
pagar gastos de funcionamiento propio de unos locales tan grandes y variados
(luz, material, reparaciones…).
Además, al problema de la gran deuda, hay que añadir la repercusión que la
crisis económica está teniendo en la iglesia, puesto que las aportaciones de los
feligreses han descendido notablemente en comparación con años pasados. Sin
embargo, la parroquia también ha tomado conciencia de la repercusión de la crisis
en las familias del barrio. Por ello, atiende a muchas de ellas a través de Cáritas
Parroquial, habiéndose intensificado en los últimos años el empeño y dedicación
de los voluntarios.